Un incidente ocurrido el miércoles cerca de las 15.30 en el CAPS 26, 122 y 605, puso en alerta a los trabajadores del lugar que temen por su integridad física ante la violencia con la que llegan algunas personas que maltratan al personal.
En este caso, según trascendió la información, un hombre y dos mujeres ingresaron al lugar en la tarde del miércoles generaron desmanes disconformes en cuanto a la atención. Llegaron al lugar personal policial del Comando de Patrullas y del SAME que no trasladó al herido, indicó una fuente confiable.
La situación que debieron soportar los trabajadores y trabajadoras del lugar, según aportaron los confidentes, se repite en diferente lugares de la periferia en donde los trabajadores de la salud deben lidiar con este tipo de situaciones cada vez más violentas y que los tienen como blanco.
Comúnmente, este tipo de hechos ocurridos no trascienden en el ámbito local debido a que aquellos que deben prestar servicio, por tratarse de vecinos de la zona y con un alto grado de violencia, prefieren dejarla pasar para no tener conflictos en el lugar.
En este caso en singular y en el marco de la escalada que se vive en diferentes lugares, sería conveniente que las autoridades competentes en el tema puedan dotar a esas unidades sanitarias de personal de vigilancia que resguarde la integridad física de los trabajadores de la salud o en su defecto cerrarlos hasta tanto puedan darle un marco de cuidado.
Esto conllevaría un problema para la región, pero obedecería al resguardo de los que allí trabajan y que deben lidiar con el trato algunos violentos que forman parte de la misma comunidad a la que asisten, tanto a ellos como a sus familias.