Nota de opinión

   Quedarnos en la etapa del lamento de quién es más sucio, si el Estado que permanece ausente gran parte del tiempo o el vecino que lleva la basura, arrojándola en cualquier lugar. Es un cuento de la buena pipa de nunca acabar.

    El vecino que cumple con sus impuestos es el mismo que demanda no solamente que se limpie, sino que también se controle. El obrero de la comuna, al que le toca limpiar, se siente tocado con la crítica y que su labor no sea destacada. Es verdad, solamente a los deportistas se los aplaude por hacer su trabajo.

    No solamente de limpiar se trata, sino también de mantener, controlar y sancionar. Aunque no se los vea comúnmente en Villa Elvira, la MLP posee móviles, personal y una dirección (Control Ciudadano) para trabajar en la prevención y la sanción.

   El Ejecutivo también tiene la potestad de sancionar a la empresa ESUR, llegado el caso de que no pasen por el recorrido asignado. Esta empresa es la mayor acreedora de la comuna tras un brillante y generoso contrato contraído con la anterior administración. Debe cumplir y, de no hacerlo, sancionarla. Así se evitarían los carreros que ofician de “recolectores”.

   Para graficar, Javier envió un video sobre la situación del domingo 4 de febrero en 116 desde 605 hasta 606, en donde hace una semana NVE graficó el trabajo de la Unidad Operativa retirando una cuadra de basural.

   Claro está que la labor, con maquinarias de por medio no fue del todo exitosa porque formaron una montaña de desperdicios que luego no recogieron. La almeja nunca pasó a recoger la montaña. Tras cartón, la basura que no se llevaron, que fue amontonada, alguien la prendió fuego provocando un importante daño ambiental.

    En otro orden, en el lugar se vuelve a observar la misma suciedad que había antes de ser emprolijada la calle. No se controló el vuelco, no se trabajó en la prevención y no se sancionó a nadie por tirar basura.

   No todo pasa porque el trabajador o trabajadora barra más o barre menos si al final de cuentas, horas después, si no se sanciona, no se cuida o no se previene, el lugar vuelve a estar sucio. La Comuna tiene las herramientas necesarias para realizar una campaña de concientización, de trabajar en el puerta a puerta y de mantener los espacios públicos acorde a las necesidades del vecino.