Fueron meses de quejas y más quejas por parte de María del Carmen y Jorge de 88 entre 117 y 118, quiénes apelaban a la voluntad de la Empresa ABSA o la piedad de la empresa encargada de la obra hidráulica que se desarrolla en la zona, para que le solucionen la falta de agua.
Sucede que los vecinos denunciaron que, tras el paso de la obra, en su domicilio se habían quedado sin presión domiciliaria. A partir de allí, durante casi tres meses los frentistas debieron apelar al ingenio para poder higienizarse, comer y asear su vivienda, mientras efectuaban cientos de reclamos a la empresa.
Durante el fin de semana largo, el destino les dio la razón porque en un momento se hundió el pavimento en el lugar por donde corre el nuevo conducto y fue revisado por el personal de la empresa contratista, encontrándose con el problema que provocó la rotura y, además, le solucionaron la vida a este longevo matrimonio que no tenía consuelo.
Finalmente, luego de tantos reclamos, pedidos y lamentos, se tuvo que hundir el piso para que esta familia de Barrio Jardín volviera a tener agua.