Por Marcelo “Chelo” Moriconi
Llegó el momento que Julio Alak se junte con Axel Kicilof y Fabian Cagliardi para alumbrar y mejorar la Ruta 11 desde Villa Elvira hasta la Hermosura. Hoy el impulso de las fotos y las letras deberían ser acompañadas con acciones que el vecino pueda palpar y sería muy beneficioso para la región que comiencen por la franja.
Durante muchos años. Digamos al menos que ocho, sin mencionar el mismo color, pero la misma deuda, que los planetas no se alineaban para que un Gobierno local pueda tener llegada al Gobierno provincial, para avanzar en brindar soluciones al tramo de la Ruta 11 que divide Villa Elvira de Berisso.
Hace horas, una joven que circulaba por Ruta 11 fue golpeada por un automovilista debatiéndose entre la vida y la muerte. Meses atrás una mujer y su pequeña hija que iban a tomarse en micro Este para ir a la Escuela perdieron la vida. Un hombre a la altura de 600 que viajaba en bicicleta murió casi en el acto cuando lo agarró un piba a bordo de una camioneta. Así, varios relatos más.
Ninguno de ellos salía de su barrio privado para cruzarse al Shopping del cerrado de enfrente a comprarse un bolso. Ni tampoco salían para Gym ni a un paseo por el Golf. Toda gente pobre, de a pie, que a lo sumo sabe lo que es un barrio cerrado porque viven encerrados por el temor de salir de sus hogares, pero por la delincuencia.
Ya no se puede explicar los motivos por los cuales Vialidad provincial le da la espalda a la Ruta 11 y los municipios cómplices no le ponen la voluntad de a lo sumo mejorar las banquinas, dotar de luminarias los alrededores y potenciar el cuidado al vecino acercándoles garitas de colectivos inteligentes, mejoradas, iluminadas, con botones antipánico.
Aquel que recorre la Ruta 11 conoce, pero no de hoy, desde hace años que así sucede, nosotros salíamos de Villa Elvira hasta el “Arroyo Zapata” en bicicleta, a tener en cuenta que eran de las viejas bicicletas que chistaban los piñones, que volver de noche era toda una odisea.
La cosa no cambió. Los semáforos andan cuando quieren, la mayoría del tiempo están rotos, no hay control vehicular ni de seguridad ni de tránsito. La oscuridad es la única compañía para el conductor y los accidentes están a la orden del día.
En 96 y Ruta 11 pareciera que comenzara un quiebre que se extiende hasta la Hermosura porque todo es oscuridad y se afina el camino de manera peligrosa. La gente de la zona sale a trabajar con linternas y en grupo. Acaso la luz de los celulares son testigos del paso peatonal que, además, hacen de balizas para los conductores que no tocan el freno, por pisteros y otros por miedo a quedarse y ser víctimas de robos.
No hay cartelería para saber la altura de las calles, faltan garitas de colectivos, no hay señalética, poco alumbrado, semáforos rotos o inexistentes, cruces peatonales a oscuras. Es momento que el nuevo Intendente platense se junte con el gobernador Axel Kicilof y el intendente de Berisso, Fabian Cagliardi, al menos para dar directivas y emplazar a los responsables de las distintas áreas a trabajar para dar una solución concreta a un reclamo que lleva años.