Si no hacía falta más fricciones, La Plata entrará a partir del 21 de marzo en la grieta del “Barbijo si, barbijo no” a partir de la implementación dispuesta por el Municipio que libera el uso del cubre bocas y nariz. Los comercios tendrán un rol importante en la aceptación de clientes.
El Decreto emanado por el Ejecutivo comunal que conduce Julio Garro, entrará en vigencia el próximo lunes 21 de marzo, establece “el uso optativo de mascarilla/protector facial o tapa boca-nariz para la circulación, prestación de servicios y toda actividad pública o privada que se desarrolle en el Partido de La Plata” y agrega que “la utilización de tapabocas en el espacio público, dependencias municipales y medios de transporte en La Plata pasará a ser optativo. También en comercios, siendo sus titulares los que dispongan su implementación”.
En consecuencia, el decreto homologado por el intendente Julio Garro solicita a la provincia de Buenos Aires que “adopte esta disposición en todas las dependencias provinciales que tengan asiento en esta ciudad, y en todas las actividades que bajo su jurisdicción se desarrollan en el Partido de La Plata”.
Si bien el control “light” establecido hasta la fecha sobre los lugares comerciales y mucho más los gastronómicos, respecto al pase sanitario y el uso del tapabocas, contrasta con la apreciación de aquellos que prefieren sentirse más protegidos y adoptan mantener el distanciamiento, el uso del barbijo y el control de salud.
Será ahora un quiebre notorio, que a decir verdad poco se hablaba, pero parecía aparecer con mayor o menor control en muchos sitios gastronómico donde la exigencia estaba explícita pero no tan efectiva.
Ahora entrará a tallar la preferencia de aquellos que siguen sosteniendo que las medidas sanitarias deben mantenerse, el relajamiento en China llevó a una cuarta oleada en donde los hospitales están abarrotados, poco tardará en llegar a la Argentina, para asistir o no a ciertos lugares en donde será el comerciante quién deba decir sobre la implementación o no de las medidas.
Una nueva grieta a la vuelta de la esquina que quizás favorezca o perjudique al comercio platense que tan vapuleado llega de la mano de la inflación y la pandemia.