“En Altos de San Lorenzo, la vida de las personas, nunca le importó a ninguna gestión y a esta que entró: mucho menos” se quejó Mario vecino de esa localidad que apunta a bajar las velocidades por calle 22. Otro frentista acompañó el reclamo y coincidió en lo raro que fue el tema de la rotura las lomadas de burro.
“En la Delegación el único que cambió fue el Delegado, el resto siguen siendo los mismos inoperantes que fui a ver para que arreglen las lomas de burro. Hasta me encontré ahí al que estaba como administrador en la época de Garro (Julio)” dijo el frentista que no recordó el nombre de quién hacía referencia.
“Los vecinos de 22 de 72 a 80 volvimos a tener un paso de altas velocidades porque los conitos que pusieron para hacer que aminoren la marcha se rompieron” argumentó Mario y agregó “otros dicen que los rompieron apropósito porque los micros que por acá pasan pierden tiempo, pero eso no lo puedo asegurar”.
En ese sentido, el frentista definió que “al Delegado (Mario Cordero) como al que lo maneja, porque debe tener su jefe político, no les conocemos las cara en Altos de San Lorenzo, sería importante que salgan de la cueva y se hagan cargo de gestionar”.
En relación a los dichos vertidos por Mario, otro frentista, Juan se refirió a la misma situación al mencionar que “cuando se hizo la remodelación de la 22 se pusieron unos “conitos” amarillos en los cruces porque se daban unas “tortas” bárbaras, pero desaparecieron enseguida, acá se necesita reductores de velocidad”.
Por siguiente, el vecino mencionó que “la 22 quedó más alta que las otras calles y al cruzarla son varios los coches que tocan abajo y por eso lo tienen que hacer medio de costado y despacio; pero ahí está el problema. Los que vienen por 22 muy rápido y sin reductores, se los llevan puestos”.
“Acá nadie vio nada, pero lo que pasó con los reductores fue extraño porque no aguantaron ni un mes de colocados, fue como si los hubieran agarrado a martillazos, porque desaparecieron enseguida” terminó.