Mucha gente lo conoce como “Nenu Muñoz” y el Víctor Omar que le pusieron sus padres hace 55 años lo usa de vez en cuando. Creó junto a un grupo de amigos en el 2001 la banda platense de rock “Vamos de Vuelta”.
El músico platense que cada fin de semana se presenta junto a Guillermo Cavalaro, Ezequiel Bonugli y María Aidé, hizo un repaso de su vida y su enamoramiento con la música desde cuando tenía 13 años. Soñó con vivir de los escenarios, pero tuvo que experimentar en varios trabajos para poder despuntar sus sueños junto a una guitarra.
A los trece sus padres se separaron. Su hermano “Peter” o el “Mudo” como le gusta llamarlo, se quedó junto a su mamá en una casa en Los Hornos, en tanto Nenu, se marchó hacía Villa Elvira, cuna del rock platense en donde por la influencia de sus nuevos amigos comenzó un largo camino junto al rock and roll.
Las paredes de su casa están decoradas con fotos de diferentes actuaciones de varias bandas en las que participó y de otras presentaciones junto a diferentes artistas. Atesora una junto a Pity Álvarez que se sacaron en una recorrida con “Viejas Locas” por la costa bonaerense en donde Muñoz fue el sonidista.
Tuvo un largo derretore de buenas y magras experiencias antes de ser reconocido en el mundo del rock local. “En mi barrio conocí a los Fernández y los Amieba, dos familias vinculadas a la movida del rock en la ciudad. Con ellos empecé a ir a ver recitales” contó.
“La cabeza se me abrió cuando empecé a ir al Polideportivo de Gimnasia, comenzado los años 80, que nos hacía pasar el papá de Yiyo, un amigo de 63 entre 8 y 9 que se vestía de policía y nos llevaba hasta la puerta y chapeaba para que entremos y nos dejaba ahí” bromeó y apeló que “el primer recital que fui fue ver fue a Pedro y Pablo y escuché la marcha de la bronca, no entendía un carajo sobre el tema, pero me sacó la cabeza. Ahí mismo vi a Charly García y también a los Abuelos de la Nada. Ya me fui copando de a poco”.
Rememoró que cuando cumplió los 16 ya frecuentaba “El Teatro del Pueblo” que funcionaba en 8 y 68 donde anteriormente practicaba el club de básquet “Dante Aligheri”. Sus incursiones no se limitaron a ese sólo lugar, sino que cada evento del rock que había en la ciudad se aseguraba su presencia.
“A los 16 años me compré mi primera remera de los Rolling Stone. La íbamos a comprar a Munro, la casa se llamaba Little Stones. Era una época donde ya buscaba lo que más me gustaba, iba a ver a los Ratones Paranoicos, también a Los Redondos. Y ahí empezó a prender las ganas de hacer algo propio. Fui a aprender a cantar un año. Ahí comenzó todo”.
Hizo la colimba en Ushuaia, en la Base Aero - Naval “Comandante Espora” en 1987, y recordó que en esa época por muy poco participa de un conflicto bélico con Chile. Al volver se dio el gusto de acudir al Rock in Río, viaje postergado por su participación en el Ejército.
La llegada de los 18, con la mayoría de edad, atrás había quedado el pequeño que hizo el Jardín de Infantes en el Castañeda, la primaria en la Escuela 11, la secundaria en la ENET Nº5 y que la finalizó en “La Legión” cuando funcionó por un breve período por reformas en el Casino de Oficiales del ex Batallón 7 de Infantería en 19 y 53. La noche y los excesos también ya lo acompañaban en sus giras de recitales.
“En el barrio ya estaban los Vidrios Rotos con el Chino Málaga y otros más. Ruedas de Acero en Barrio Jardín, yo ya estaba adentro. Fanático de las bandas. Yo llevaba equipos. Después vinieron los Murciélagos, estaban 30 Monedas, Los Guasones vinieron en el 92. Yo en esa época con otros más hicimos una banda que se llamó “Los Ácidos”, con el Copita, el Baby, y Cacho Petto que cantaba. Y bueno, tocamos en varios lados, hasta que a los 5 meses me echaron porque tomaba más de lo que sabía de música” afirmó entre risas.
Trabajó en YPF como operario. Esa labor le permitió ganar un buen sueldo que lo destino casi íntegramente a comprarse equipos de música. Cumplía horarios rotativos casi todos los días y eso le impidió poder tocar. “Podía sí ir a ver bandas en “La Grieta, El Cafetal, en El Bar de 12 y 48, en fin, varios reductos, me olvidé de mencionar al C.U.C.H (Centro Universitario de Chivilcoy), el Bar de Gerardo, el Tinto Agogó, había de todo. Pasé de Complex, Juana, El teatro, a estos lugares del rock” precisó.
En el 93 fue el sonidista de “Ruedas de Acero”, mientras que ya despuntaba el vicio de la guitarra y tenía una banda de garaje (nunca salieron de ahí) llamada “Los Containers”. “Yo estaba bien equipado. En dos años no había faltado a YPF nunca, pero igual con la privatización me echaron. Fuimos con los Vidrios Rotos a hacer una gira en la Costa y ahí se conocen con Viejas Locas e hicimos la gira en conjunto. Pity Alvarez era un pibito, no había grabado el primer disco”.
“En el 94 le hice sonido como operador a Viejas Locas que hacía la gira con la “Juan Roll Band”, estaban Botafogo, Black Amaya y el zorrito Von Quintiero, que tocaban en los bares. Era el único sonido en la Costa. Estar ahí fue muy lindo, conocer a esta gente fue sensacional” consideró Nenu.
Ese concierto en “La Negra” de Villa Gesel no salió tuvo el cierre soñado porque el flete que contrataron nunca llegó. Nenu tuvo que llevarse el sonido en un 147 prestado en varios viajes y los Viejas Locas, se quedaron plantados hasta el otro día al mediodía.
Pablo Ramos y su hermano, el Tiú Ramos, le dieron un lugar en Ruedas de Acero antes de fundar su propia banda. Tocaron juntos en la vieja Galería Rocha, 49 entre 7 y 8, La Vieja Estación del Pasaje Dardo Rocha, en Chacal, y varios lugares más de la ciudad. Sus momentos con la música eran sustentados haciendo fletes, trabajando de sonidista y también por el rubro pizzero con “Super Mario Blues”, una pizzería que funcionó en 7 y 76 y que luego se mudó a 122 entre 71 y 72.
“Luego cuando el Tiú se va, yo me fui a Adoquines Rock And Roll, en 17 y 71, donde estaban Martín y Ramiro Díaz, el Archi Gutiérrez, el “Turco” en el Saxo, hasta que se separan, algunos de ellos hicieron “Etiqueta Negra” que era un tributo a los Redondos. Yo ahí dije que no esperaba más porque ya quería tener lo mío”.
Aunque su deseo estaba latente, hubo una vuelta más para armar otro grupo alternativo con amigos de otras bandas. La experiencia se llamó “Rotos y Gastados” allá por 1998. “Nodri, Machi, Maico, el Turco, Cristian” fueron la base durante dos años de un grupo con una fuerte ligazón con el estilo Rolling Stones.
“A mi me gustaba tocar en vivo, meter mis temas, así que con Luca que tocaba el bajo, vivía en 5 y 80, y que se había ido de la banda “La Jaula”, nos pusimos a tocar, por seis meses, probamos a dos cantantes que no anduvieron, un batero que tocó un día y no volvió, hasta que sumamos a Diego Fernández. Eso fue en el 2001 que se fusionó y largó “Vamos de Vuelta” y ahí empecé a cantar” apuntó.
En ese sentido, Nenu precisó cómo sumaron otro guitarrista al grupo “había un pibito, chiquito, que venía a ver los ensayos, Enzo Aguilera, no hablaba y por lo que había comentado Luca algo sabía tocar la guitarra. Lo probamos y era un fenómeno. Lo primero que hicimos fue una grabación en casette y lo presentamos en mayo de esa año en el programa de radio que tenía Jorge Pinchevsky en FM Difusión de Berisso”.
En 2023 están por grabar su octavo disco. Las ediciones comenzaron con “Así estamos sonando”, le siguieron “Amigos del Rock”, “Polenta, polenta” ya sin Enzo Aguilera y con la incorporación de Tiú Ramos, “Pibe Argentino”, “A toda Máquina”, “Contra viento y Marea” con Facundo Soto de Guasones y “Junto no nos para nadie”.
“La música es un cable a tierra en mi vida. A mi me costó armar mucho una banda y cuando logramos hacer “Vamos de Vuelta” fue como cerrar un ciclo. Haber empezado como público, ir dado todos los paso que di en mi vida, haber sido un enfermo de la música me logró llenar como persona, me genera satisfacción. Me gusta tocar en vivo, me genera una adrenalina hermosa, amo lo que hago” puntualizó.
Tocaron en La Plata, Buenos Aires, en cumpleaños, festejos, clubes, pubs, gira por la Costa Atlántica, a lo largo de todos estos años, pero Nenu nunca pudo vivir de la música. Paseo sus sueños junto a otros trabajos como cortador de pasto, changarín, carpintero, pintor, cartero, fotógrafo, empleado de una empresa de logística.
“Laburar, laburé toda la vida, hasta hace poco estaba arriba de un remís y ahora desde que compré la Kangoo estoy haciendo un mini flete que me permite llevar encomiendas, productos, lo que me pidan. Por ahí te llama una mujer para que le lleves una bolsa a la hija y por otro lado una empresa para que le reparta sus productos, pero digamos que todos estos trabajos fueron una excusa para seguir tocando rock and roll”.