Los años pasan y en barrio del Hospital Gutiérrez se quejan que las podas no llegaron en su debido tiempo y los ejemplares están desmadrados en su forestación lo cual perjudica el cableado. Un vecino que hizo la denuncia y anticipa que está a punto de romperse una rama.
Gerardo vive en 36 entre 121 y 122 y afirma que todos los años se comunica para solicitar que le poden el árbol ubicado en la puerta de su casa a la altura del numeral 177.
“Ya están realizadas las denuncias, pero no vienen” argumentó e ironizó que “están esperando que se caiga para rompa los cables o mate alguna persona”.
Para finalizar, el frentista equiparó la poda con la seguridad y sentenció que para el sería muy importante salir de su casa y sentirse seguro de que no le va a caer un rama sobre sus hombros. “También podar es parte de la seguridad, la poda de este árbol también equivale a la sentirnos más seguros” finalizó.