Justicia por Nico

El viernes en el Juzgado Penal Juvenil Nº 2, se llevará a cabo el juicio oral por el crimen Nicolás Pérez Gatti, el joven repartidor de Villa Elvira asesinado salvajemente cuando entregaba un pedido en 81 entre 116 y 117, ocurrido el 5 de octubre de 2019.

Informó El Día, que en el banquillo de los acusados estará sentado el acusado que, al momento del asesinato, cometido hace más de dos años en un sector del barrio El Jardín, era menor.

Según está previsto, esta instancia judicial continuará desarrollándose la semana próxima

con audiencias que se llevarán adelante entre el lunes y el jueves.

“Estoy nerviosa. Es una mezcla de sentimientos terribles. Por un lado, sentimos alivio porque se inicia uno de los juicios y dolor por el hecho de empezar a revolver un momento de nuestras

vidas que es muy triste”, señaló Mónica Gatti, madre de Nicolás.

Al referirse a la causa que se encuentra caratulada como “homicidio en ocasión de robo

agravado por el uso de arma de fuego”, Mónica sostuvo que esperan “cadena perpetua” aunque resaltó que “ningún castigo va a ser suficiente nunca”. “Nadie nos va a devolver a Nico pero necesitamos que estas personas paguen por lo que hicieron”, cerró.

La vida de esta familia, que el próximo viernes comenzará a transitar la etapa del juicio, tuvo

un rotundo vuelco el 5 de octubre del 2019 cuando le avisaron que su hijo de 19 años había

sido asesinado en el marco de un robo. Nicolás era delivery en la pizzería “La Italiana”, situada

en 81 entre 118 y 118 bis. Ese día, fue a llevar el pedido, a una casa ubicada a dos cuadras del

local gastronómico, en moto.

Según consta en la causa, tras entregar a Nicolás un billete de 500 pesos, la clienta volvió a

ingresar a su casa por otros 130 para completar el pago. En el camino, la mujer y su marido

escucharon un fuerte estruendo que provenía del exterior. Cuando el dueño de casa salió a la

vereda para conocer qué había generado semejante ruido vio a Pérez Gatti tirado en el

piso, debajo de la moto Honda Wave, perdiendo sangre.

Un testigo comentó que había visto a dos hombres en moto merodear la zona desde poco

antes del crimen. Habló de “una moto 110”, de un conductor delgado, “de entre 20 y 30 años,

con una chalina negra y blanca que le tapaba la cara, campera y gorra oscura”.

Tras una paciente investigación, la policía logró detener meses después a los dos sospechosos de cometer el crimen. Ambos se encuentran en la actualidad con prisión preventiva a la espera del juicio.

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