La docente Guadalupe Valeria Barzabal encabeza junto a un grupo de maestras en actividad y otras jubiladas un proyecto educativo en Villa Montoro dirigido a los niños y niños del lugar para apuntalar sus estudios. Se crio junto a cuatro hermanos, estudió y se formó en Villa Elvira y trata de alguna manera poder devolverle a la localidad los lindos momentos que ella vivió aquí.
“Cómo vecina y habitante nativa de la "Gran Villa Elvira", la puedo describir como la bella Elvira, por sus cambios, mejorías y memoria que tengo a partir de los años '90 cuando empecé la escolaridad en el Jardín de Infantes Nº11 (98 entre 118 y 119) y transité la primaria en la Escuela 125 (116 y 82) en dónde íbamos con mis 4 hermanos caminando por todo el campo desde calle 90 y 116 hasta 82 y 116”
Por consiguiente, la vecina aportó que “el colegio nos quedaba cerca porque no estaba tan poblada la zona. Recuerdo a una docente, Camila Walsfish, realmente no recuerdo cómo se escribía su apellido, ella era de Barrio Jardín y siempre decía que yo iba a ser maestra porque no faltaba a la escuela y siempre llevaba libros para estudiar”.
Sobre su niñez y adolescencia, la docente dijo que “crecí en la casa de mis padres en 94 entre 117 y 118 dónde las calles eran de calcáreo. Enfrente al arroyo Maldonado a dónde íbamos a pescar con mis hermanos porque se encontraba limpio con aguas claras” dijo Valeria y agregó que “había poca población. Apenas unas pocas casas a la vera del arroyo, recuerdo que tuve una infancia muy linda”.
“Hoy sigo habitando los suelos de Villa Elvira y como dijo Camila... me convertí en educadora y generé un espacio socioeducativo para ayudar a los niños de las escuelas de mi barrio que están deteriorándose por los años y por la extensa población actual” detalló.
“Puedo decir que solo me gustaría que Villa Elvira siga progresando sobre todo en la educación que se está dejando mucho de lado. Resignificar los espacios culturales, los clubes del barrio entre otros” apuntó.
“Retomo a que la práctica educativa no debería limitarse solo a la lectura de una palabra o de un texto, sino que se debe incluir la lectura del contexto, la lectura del mundo, la historia, los relatos del suelo que habitamos. Tal cómo cuenta la historia de esta ciudad que pertenece su nombre a la bella Elvira” finalizó.