La encargada de un comedor de 68 entre 156 y 157 viene hace meses reclamándole al Municipio para que la ayude en la confección de un techado para que la gente que retira comida no lo haga bajo agua los días de lluvias. Afirmó que se lo prometieron, pero con el paso del tiempo se dio cuante que no iba a llegar.
Se trata de Claudia Aguilar, una trabajadora comunitaria que decidió abrir en su casa de Los Hornos un comedor comunitario y contaba con el compromiso de aquellos que le dijeron que la iba a ayudar, enojada fustigó: “estoy cansada del boludeo, pero cuando necesitan los votos saben dónde estoy, son una manga de chantas, ellos tienen para comer todo los días”.
En ese sentido, la mujer explicó que “estoy esperando el techo para el comedor. La gente no puede esperar tanto. Hace dos años que me lo prometieron, me tienen con vueltas y no soy una nena, tengo 60 años y le doy de comer a la gente” y aseveró que “cuando llueve no puedo dar la comida, muchas promesas y ninguna respuesta”.
En ese sentido, Aguilar contó que durante el tiempo de campañas suelen acercarse políticos y punteros con promesas y, al parecer, la propuesta de acondicionar el comedor para que la gente pueda acceder bajo techo, fue una de las ofertas incumplidas que le realizaron. Dejó trascender que desde el espacio que conduce Darío Ganduglia, habrían llegado el compromiso que no se concretó.
De igual modo, reaccionó cuando se la consultó si había generado algún reclamo a través de la secretaría de Desarrollo de la Comunidad, que conduce Nelson Marino, por lo que alegó que “me hicieron una encuesta, me sacaron fotos de donde yo cocino que es a leña, imaginensé lo que es cocinar con el frío o con el calor, necesitamos mejorar. Esto que hacemos es a pulmón, a mí me ayuda el carnicero y la verdulería donde yo compro, no muchos más”.
Por último, mencionó que casi 100 familias concurren cada vez que puede reunir los elementos para armar una olla y que la mayoría de los que se acercan al lugar son adultos mayores y niños con hambre.