“¿Inauguraron una plaza?, ya existía señores, la hicieron los vecinos, como mejorar las calles, traer el gas. Déjense de ser políticamente correcto y tener que sacarse fotos donde nunca hicieron nada, hace 60 años vivimos ahí” se quejó Carina Martínez respecto al nuevo lanzamiento de un espacio público denominado “Elvira Sotes” que reemplazó a la que estaba en 1 y 82, tapada por una construcción, que llevaba el nombre de la vecina: “Paola Rosales”.
El sábado la Municipalidad de La Plata inauguró la plaza “Elvira Sotes” en el predio ubicado en 1 y 83 a través de la secretaría de Espacios Públicos y contó con la presencia de concejales, funcionarios y vecinos que asistieron a su inauguración.
En este caso, cuando comenzó el loteo del predio que abarca de 1 a 116 y de 82 a 85, el espacio público denominado “Paola Rosales” y construido con el aporte de los vecinos, fue levantado del lugar y su destino pareció incierto.
En ese entonces, la concejala Yanina Lamberti exhortó a las autoridades comunales a que en el espacio cedido al uso público que dejaba el loteo se debía fundar un jardín maternal y de infantes, viejo pedido de los pobladores.
En este caso, la comuna resolvió mantener el especio verde que fue emplazado en el sector comprendido en 1 y 83, colocar juegos nuevos y denominarlo “Elvira Sotes”, lo cual, a pesar de tratarse de otro lugar, algunos frentistas la identifican con la plaza que fue demolida y tapada por una edificación.
La Plaza en cuestión objetada por los ciudadanos, había sido inaugurada el 10 de Julio de 2005 en 1 y 82 y fue a raíz de un proyecto propuesto por una frentista, Paola Rosales y apoyado por otros vecinos para evitar que en el lugar se propague un basural.
Todo lo que allí se colocó fue por obra y trabajo vecinal y fue recordado por las crónicas de esos años que detallaron a cada uno de los aportantes. La empresa Molinari donó material, se construyó un altar para la Virgen de Lujan, imagen aportada por el paisano Marcelo Fillol y el herrero “poroto” hizo su labor para la colocación.
Además de “Casa Molinari” aportaron carnicería Angus y el vecino “Toribio” donó 50 chorizos, Fletes Abril donó las cadenas para las hamacas; Soledad Mora puso pintura para el cartel con el nombre de la plaza; el Sr. Miguel que hizo publicidad con auto sobre el evento; el sonido estuvo a cargo de Gastón y Matías; el supermercado Mónica que donó el azúcar y el cacao y la Sra. Teresa de Fernández que donó 5 cajas de leche para brindarles un chocolate caliente a los chicos el día de la inauguración.
Los recuerdos de la plasita alcanzaron a Néstor Tuno que aportó la calesita, caños, maderas y nafta; Sandra Risso el tobogán; Susana las plantas, galletitas para el chocolate de los chicos; Norma Chavez el sube y baja; la familia Kaédi aportó arena y la base para una mesa y la familia Salinas las hamaca con cadenas, vidrios para el altar de la virgen y cerámicos; Eduardo González (agarraderas, pintura y nafta); Jorge Jonson (plantas y moldes para los bancos); Familia Favetti (varilla de hierro y banderines; Natalia Mosquén (3 metros de tanza y pintura); Fabián Padín (pintura, tanza, bloques de cemento y agarraderas para hamacas y cartel; Mary Pantanetti (base de cemento para banco), todo lo relatado por los medios de ese entonces donde NVE ya daba sus primeros pasos.
Fue justamente un 10 de Julio de 2005 que se hizo la inauguración formal con un corte de cinta, fue el vecino Néstor Tuno el encargado de descubrir un cartel que denominaba por mandato vecinal a la plaza “Paola Rosales” en honor a la vecina que encabezó la cruzada.