Los riesgos de la salud para aquellas personas que se comprometen con el prójimo y entregan todo descuidándose a sí mismos fueron el punto de partida de una exposición que entregó el licenciado en Psicología, Juan Pablo Scarpinelli, donde detalló aspectos de cómo estar atentos a estos problemas.

   Según el profesor de la Facultad de Psicología de la UNLP, opinó que “Ayudar no es gratis y si bien puede resultar reconfortante para quién lo realiza, el desgaste emocional por ser sensible a lo que le pasa otro puede provocar sufrimiento”.

   En ese sentido, aportó que “la empatía es necesaria para vincularnos, pero la exposición frecuente de una persona frente a quien sufre o experimenta dolor puede convertirse en un vínculo agobiante. Por ello, se presenta con suma frecuencia en los operadores de salud, pero aplica a cualquier persona que se compromete activamente con el sufrimiento de otra”.

   Al respecto, el consultor en Salud Mental y adicciones, recordó al psiquiatra Charles Figley quién definió en 1995 a esta situación como “el segundo trauma a quién intenta ayudar a quien fue traumatizado”,

   “El olvido de la propia vulnerabilidad suele ser un mecanismo básico para quién se brinda ayudar o cooperar en una situación crítica o adversa. Las recomendaciones de expertos en desastres se orientan en recordar que las personas no deben inconscientemente involucrarse con otros sin condiciones ni reparos, ya que no es una buena ecuación perder una vida por otra” observó Scarpinelli.

   En consecuencia, el psicólogo planteó que “quiero desalentar a quienes invierten excesivas energías, no piden apoyo a otros y se inmolan en tareas de cuidado para luego estar "quemados" y desmotivados de su propia vida”.

   “Cuidar al otro no es una entrega de la libertad y el otro tiene que poner su parte. Aceptar la imposibilidad de cambiarlo como de dirigir su vida nos recuerda que el otro, es otro y no una prolongación de uno mismo” dijo y finalizó “a veces necesitamos que pase el tiempo”.