Berisso: El drama de una madre que lucha para que no estacionen en el paso para discapacitados

Berisso: El drama de una madre que lucha para que no estacionen en el paso para discapacitados

   Es una lucha sin cuartel la que viene dando Natalia junto a Mía, su hija, que por tener una discapacidad se moviliza en sillas de ruedas. El año pasado, la mamá y su pequeña, tuvieron que lidiar una y otra vez con los vehículos de la línea 520 que no tenían rampas de discapacitados y aguardaban el paso de uno y otro, hasta han esperado más de una hora, para poder abordar un colectivo desde 122 y 81 hasta su domicilio en Villa Alba.

   El sufrimiento de la familia para poder pelear con todos estos imponderables es loable y hasta despierta mucha bronca en aquellos que no pasan por esa situación y esperan de un Estado presente que aborde de manera efectiva las discapacidades.

   La integración de muchos chicos y chicas, jóvenes o adultos, chocan con las barreras que impone también la sociedad a través de esos ojos cerrados de aquellos que vulneran todos los límites.

   Un día Mía tuvo que cruzar la calle junto a Natalia porque su hermano pasó al secundario de la Escuela Técnica y ella cursa, del lado de Berisso, en el secundario de Santa Rosa. Las autoridades crearon en el paso peatonal, una especie de corte entre cordones sintetizando el paso para sillas de ruedas, en el cordonado de ramblas y veredas.

   Cero rampas, cero visibilización, mucho menos cartelería. En ese lugar, donde Natalia y Mía deben ocupar para llegar al establecimiento educativo, mamis, papis, hermanos, tío, abuelos y abuelas, suelen estacionar sus autos.

   “Todos los días nos encontramos con una auto tapando la entrada que usa mía para pasar la silla de ruedas. Si llegamos temprano, soy yo la que va y les pide a los ocasionales automovilistas que tengan la gentileza de no tapar la subida para discapacitados” expresó Natalia.

   “Realmente estoy podrida de pasar por esto todos los días. Pasar con la silla de ruedas es casi imposible” dijo una mamá agotada y agregó que “no hay señalización, el paso tampoco está individualizado y tampoco hay control por parte, en este caso, de la Municipalidad de Berisso para que no se estacionen allí”.

   Por último, Natalia sintetizó que “Siempre tengo que estar temprano para pedir que no se estacionen y ni hablar cuando llueve, cruzar por ahí y subir a la escuela por el paso que hicieron es terrible”.

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