Una costumbre. Un placer. Una familiaridad. Un motivo. Son varias las cuestiones que llevan a una persona a enamorarse una y mil veces de un lugar para dedicarle su tiempo y su vida a repetir el encuentro.
La memoria colectiva hace que, al pensar en un escenario, termine incluyendo a la persona en el paisaje. Luego el arte popular lo perpetúan para siempre. La sombrilla, la carpa, el mate, el rojo y blanco del toallón, y la parcela lista son complices de un encuentro que se repite año tras años.
Con ausencias, con presencias, Atilio Molinari visita el Camping del ACA de San Clemente, Avenida II a la altura del 96, este viejo amigo de Alejandro Sabella que vive en 7 y 32, donde Alfredo Sendri tenía su flota de taxis, repite la tradición casa año.
“El hombre hace 80 año que viene acá, tiene 93, es un símbolo, vos entrás al camping y te encontrás con Atilio. Los hijos no querían dejarlo venir, pero se vino igual. Es una institución Atilio en el Camping” comentó un veraneante platense.
Este año, Atilio que hace unas cuantas vacaciones ya no lo hace con su esposa Elba que lo sigue desde otro plano, se llevó la sorpresa al encontrarse dibujado en la pared de un nuevo quincho que inauguraron hace poco.
“La gente del ACA decidió retratarlo en una imagen que seguramente sacaron de alguna foto donde está su casilla rodante y tuvieron el detalle de poner el nombre de su esposa. Atilio asimiló el dolor de su viudez y siguió viniendo como lo hizo toda la vida. Un lindo gesto para un platense que uno se encuentra en vacaciones” comentó para finalizar el vecino que quiso retratar este homenaje.