En 607 entre 9 y 10, una valla de madera, con tintes rojos y blancos, advierte sobre la presencia de un pozo. A la espera de ser reparado, emparchado, pavimentado, bacheado, se ve que los vecinos intentan de alguna manera visibilizar su presencia.
El asfalto roto, está acompañado de toscas, que no dejan dimensionar su profundidad aunque se supone que el mismo era de importante tamaño