Una vecina se quejó que al llegar a la parada de colectivos de 7 y 78 se topó con un hombre, entre los arbustos que delimitan la vieja casona, haciendo sus necesidades a metros de un lugar concurrido por mucha gente.
Según pudo averiguar este medio, en la esquina donde se encuentra enclavada el viejo casco de estancia que, según vecinos, perteneció a la familia Podestá que luego le vendió sus tierras a Samuel Ponsatti y su esposa Elvira Sotes; se ha convertido en un punto de reclamo no solamente de vecinos sino de los actuales propietarios.
Contaron a NVE que gente inescrupulosa tira entre los arbustos bolsas de basura y desperdicios y confirmaron que los actuales propietarios se encuentran furiosos con la situación.
Una fuente consultada afirmó haber visto personas orinando en el lugar por el sector que da a 78, como así también resaltó que “en el barrio hay dos o tres personas en situación de calle, en lo que es la avenida 7 desde 76 para 80, hay un par de personas que paran debajo de los tinglados o en los frentes de casas vacías”.
“Deberían controlar lo que sucede allí, hay nenes y adultos que pasan por el lugar y encontrarse con un cuadro semejante de gente haciendo sus necesidades no está bueno. Esto es el centro comercial de la localidad y no tiene ningún cuidado por parte de la Municipalidad que debería tener limpio y cuidado” coincidieron en afirmar.
En la casona de 7 y 78 es un desastre los arbustos crecidos y cualquier se puede esconder para robar, gente haciendo sus necesidades en los arbustos mientras que pasan nenes y adultos no les importa nada. Y los vecinos que tiran basura.