La designación de Roberto Ciafardo y Jorge Ferioli como asesores de la municipalidad de La Plata, quienes son dos dirigentes cercanos al sector del concejal Javier Mor Roig, no admite otra lectura que la de una cooptación para esmerilar, desde su etapa germinal, un radicalismo que viene ampliando su integración para dar una imagen renovada y con proyecto de poder para competir en las elecciones.
El impacto de esta noticia, adelantada por REALPOLITIK, en el seno del radicalismo es, en principio, más simbólico que territorial y no movería las agujas del amperímetro partidario. Si en alguna influencia inmediata pensaba el intendente Julio Alak, es posible que su entorno le haya agigantado el relato sobre un impacto que caería sobre el agua, si se alude a la recordada batalla naval.
Es cierto que Mor Roig, dentro del radicalismo, posee un apellido y una inserción importante, pero que no reprodujo, en demasía, muchos adeptos para disputar poder partidario. De hecho no lo hizo durante la última interna de octubre. No obstante, es cierto que cosecha un currículum político e institucional que es sanamente envidiado por más de un dirigente local.
Su estilo ha sido y es tejer sociedades estratégicas en los andariveles de las superestructuras del poder y esa ha sido una modalidad que le aseguró éxito en los últimos años, tanto aliándose con Elisa Carrió en 2007, como así también con Julio Garro en 2015.
Tras la derrota del 2023, Javier Mor Roig decidió volver al radicalismo que lo vio nacer para mostrarse como socio activo de un espacio que el reelecto titular de la junta central, Pablo Nicoletti, decidió instaurar.
Fueron recurrentes las fotos de un bloque que se ampliaba con la incorporación de un Mor Roig, junto a otros dirigentes del centro progresista de La Plata, donde destacaban este edil, pero también dirigentes de un sector del Pro, del Gen y del Partido Socialista.
La exposición de Mor Roig no se limitó a la foto, sino que también decidió participar de varias reuniones de la junta central partidaria y, además, haciendo saber de sus opiniones sobre la gestión del intendente municipal, con furtivos comunicados donde aludía a la desidia del jefe comunal. No solo de desidia habló en ciertos comunicados de su espacio radical, sino que hasta habló de “traición” de la gestión comunal en ciertos posteos de redes sociales.
Mientras esto manifestaba el concejal, la sospecha entre muchos correligionarios platenses era que Mor Roig intentaría disputar la jefatura partidaria para colocarse él como jefe de la oposición y así desplazar a Pablo Nicoletti. Sin embargo, la designación de asesores muy íntimamente cercanos a Mor Roig en la vereda del oficialismo local, desplazó todo tipo de hipótesis que se venían elaborando.
Aquí viene la otra arista y es la de pensar que hay una invitación a asociar al grupo de Mor Roig a la gestión del intendente municipal, Julio Alak, donde el arquitecto Roberto Ciafardo es una pieza clave.
Ciafardo viene acompañando a Mor Roig desde hace varios lustros, siendo un asesor importante de éste en su paso por el Senado bonaerense.
Por aquellas épocas, Mor Roig apostó a un liderazgo ante la opinión pública que le resultó esquivo en las elecciones en las cuales se postuló para la intendencia municipal, allá por 2011, cuando obtuvo menos porcentaje de adhesión que el candidato del Partido Obrero.
Más allá de los resultados, lo que dejó en claro fue la extrema confianza que le tenía Mor Roig a Ciafardo a quien ubicó como primer candidato a concejal, ubicándolo en la categoría de “no negociable” a la hora de armar las listas de aquel entonces.
En buen romance, tanto Ciafardo como Ferioli ya operan de garantía para un viraje de 180º de la postura de Mor Roig y de su espacio radical para iniciar con simpatía una mirada a la gestión de Julio Alak, al costo de dos asesorías con rango de secretario municipal. Esa garantía puede tener una cláusula adicional -no se sabe aún- de una posible participación de Mor Roig en listas de un frente oficialista ampliado hacia sectores no peronistas.
De eso Alak sabe bastante y dio el examen en 1999, cuando de la nada generó un frente pluripartidario que le permitió su reelección y así ganarle a un recordado Javier Quinterno, que se había puesto por anticipado el traje de jefe comunal.
Es posible que en el radicalismo alguien como Pablo Nicoletti respire tranquilo, porque deja de tener un competidor directo para la elección a la intendencia, pero, por otra parte, sigue perdiendo socios que se mostraron allá por inicios del 2024 como los gestores de un frente importante con vocación de poder.
Mor Roig se estaría sumando, así, a quienes ya se fueron de esa foto junto a Mariano Penas, Pablo “Colo” Pérez y las firmas siguen. En la política nada ocurre por casualidad y la designación de dos asesores -en estas circunstancia- no pasa desapercibida en el mundo íntimo del radicalismo platense. Fuente (www.REALPOLITIK.com.ar)